Desde niños hemos aprendido que expresar públicamente las emociones era propio de personas débiles, inmaduras y sin autocontrol, además de la creencia machista de que llorar pertenecía al ámbito de lo femenino. Nos educaron para sacar el máximo partido a nuestros recursos intelectuales.
En la actualidad todo va evolucionando y vivir las emociones es insustituible en la maduración personal y en el desarrollo de la inteligencia. Tan solo cuando entendemos nuestras emociones somos capaces de entender a otras personas.
Debemos desarrollar la habilidad de aprender a expresar los sentimientos sin agresividad y sin culpabilizar a nadie, ponerles nombre, atenderlos y saber cómo descargarlos, cuando conectamos con nuestros sentimientos, somos capaces de tener empatía con los sentimientos de los demás. No es más inteligente el que mejores notas saca, sino quien pone en práctica habilidades que le ayudan a vivir en armonía consigo mismo y con su entorno. La mayoría de estas habilidades no son de tipo intelectual sino emocional.
Gestionar adecuadamente las emociones supone:
• No someterlas a censura. Las emociones no son buenas o malas, salvo cuando por nuestra falta de habilidad hacen daño, a nosotros o a otras personas.
• Permanecer atentos a las señales emocionales, tanto a nivel físico como psicológico.
• Investigar cuáles son las situaciones que desencadenan esas emociones.
• Designar de forma concreta los sentimientos y señalar las sensaciones que se reflejan en nuestro cuerpo, en lugar de hacer una descripción general ("estoy triste", "estoy nervioso"...).
• Descargar físicamente el malestar o la ansiedad que nos generan las emociones.
• Expresar nuestros sentimientos a la persona que los ha desencadenado, sin acusaciones ni malas formas y detallando qué situación o conducta es la que nos ha afectado.
• No esperar a que se dé la situación idónea para comunicar los sentimientos, tomar la iniciativa.
En las últimas décadas se han llevado a cabo múltiples estudios intentando buscar una explicación al amor como emoción humana. Para la psicología el amor es una necesidad fisiológica, un impulso que puede provocar conductas imprevisibles, se ha intentado buscar la definición adecuada para el concepto de amor. Sin embargo, todavía no se llega a una sola postura, según los psicólogos, existen diferentes tipos de amor y estos dependen de factores como el entorno, el físico, la personalidad, etc…
Según el psicólogo estadounidense Robert Sternberg hay dos tipos de amor: el amor compañero y el amor pasional.
Amor Compañero o Camaradería, como su nombre indica es un amor de amistad con un alto grado de apego, compromiso e intimidad, aunque no contiene pasión. Es el que sentimos por nuestros familiares o amigos.
Amor Pasional, es el amor que sentimos por otra persona, por la que sentimos gran atracción física. Es más intenso que el amor compañero, está muy marcado por la sexualidad y el romanticismo.
Robert Sternberg ha desarrollado una teoría sobre el amor llamada Teoría Triangular del Amor y en ella afirma que existen tres componentes diferenciados en el amor:
Pasión: deseo de estar con la otra persona y que el sexo con ella sea gratificante.
Intimidad: Capacidad de compartir nuestros deseos, sentimientos y secretos con la otra persona.
Compromiso: Certeza de que pase lo que pase esa persona no nos olvidara o dejará en la estacada.
Por tanto se plantean 6 clases de amor por combinación de estos elementos:
Confianza - Amistad: cuando únicamente existe Intimidad. Por ejemplo, la relación que se puede tener con un psicólogo con el cual tenemos mucha confianza. También se aplica al cariño que sentimos por un amigo.
Encaprichamiento: sólo hay pasión, y se caracteriza por existir únicamente deseo sexual. El llamado amor a primera vista.
Amor Vacío: un amor donde sólo hay compromiso, la pasión y la intimidad ha muerto o jamás existieron.
Amor Fatuo: existen pasión y compromiso. Es más intenso que el encaprichamiento.
Amor Romántico: existe la Pasión y existe la Intimidad.
Amor Sociable: Intimidad y Compromiso, es el que se da en las parejas que han perdido la pasión.
Amor Completo: un amor con las tres características se supone que es el amor ideal, aunque según la psicología no suele durar mucho: es difícil de mantener y suele derivar en alguno de los otros tipos de amor
El hombre a lo largo de la historia ha buscado siempre una vida llena de satisfacción. Todo lo que hace a lo largo de su existencia tiene un solo y único objetivo: ser feliz. Un gran pilar que constituye la auténtica felicidad es el amor, el cual es la entrega de uno mismo a los demás, sentirse tan atraído por el otro que sólo se desee su felicidad. Eso es amar: entregarse libre y mutuamente.
Obviamente cuando encontramos satisfacción siempre existe la posibilidad de sufrimiento, incluso hay quienes piensan que este es parte del amar, o los más negativos incluso piensan que el sufrimiento vivido se llama amor. Por ello, en muchos casos, surge un gran interrogante: ¿Es necesario sufrir para amar? Se humano y no aceptar que el amor es la fuente de la vida es no serlo. En consecuencia, se asume que el amor y el sufrimiento aunque son dos conceptos diferentes van de la mano.
Todos queremos ser felices y sin amar y ser amados es muy difícil conseguirla. Dicho de otro modo, nuestra felicidad consiste en entregarnos y recibir amor de los demás; no es posible amar verdaderamente sin sacrificar una parte de la libertad que se posee a favor del otro.
LOS EFECTOS FISIOLÓGICOS DEL AMOR
Enamorarse es un estado emocional de alegría y felicidad que sentimos cuando nos encontramos fuertemente atraídos por otra persona, a la que idealizamos y le atribuimos toda una serie de cualidades que en la mayoría de los casos magnificamos.
El estado de enamoramiento es una sensación mental, pero como todas las sensaciones y experiencias de orden mental, causa una serie de efectos sobre nuestro cuerpo. Cuando te enamoras, experimentas las mismas sensaciones que una persona ansiosa, fóbica social y propensa al estrés, pero desde una visión positiva. Muchas de estas sensaciones están vinculadas al nerviosismo. El entumecimiento, los hormigueos, los temblores, las palpitaciones, las dificultades de atención, entre otras, son sensaciones que en mayor o menor medida afectan al enamorado a la hora de comenzar una relación.
Hay un estado fisiológico diferente en el hombre enamorado y en el no enamorado, que también varía de una etapa a otra del enamoramiento. No se sabe si estos cambios son causa o consecuencia del amor. Esta es una tabla que refleja estas variaciones:
FASE I. FORMACIÓN DE PLANTILLA
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Provee un molde para el objeto amoroso
FASE II. ATRACCIÓN O DESEO
SUSTANCIAS:
1. TESTOSTERONA (aumento)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Aumento de libido
2. FENILETILAMINA (aumento)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Causa sensación de regocijo
3. ADRENALINA Y NORADRENALINA (aumento)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Corazón late mas deprisa, se eleva la presión, se liberan grasas y azúcares, se eleva la cantidad de glóbulos rojos.
FASE III. CORTEJO Y AMOR ROMÁNTICO
SUSTANCIAS :
1. SEROTONINA (disminución)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Obsesión compulsiva
2. OXITOCINA Y DOPAMINA (aumento)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Hormona relacionada a la adicción, provoca inconstancia, exaltación, euforia, falta de sueño y apetito, energía, atención elevada, ganas de ganar y excitación.
FASE IV. AMOR DE PAREJA
SUSTANCIAS :
1. TESTOSTERONA (Aumenta en el hombre y disminuye en la mujer)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Aumento y disminución de libido respectivamente
2. ENDORFINAS (aumento)
EFECTOS EN EL ORGANISMO : Comodidad estabilidad
Explicación de las fases:
I. Formación de la plantilla
Se refiere a la lista inconsciente de cualidades que debe tener una persona para que el sujeto se enamore de ella. Se cree que se origina en el neocórtex, que es una fina corteza que recubre la zona exterior de nuestro cerebro, y es la que nos proporciona todos nuestros recuerdos, conocimientos, habilidades y experiencia acumulada, de ahí que la formación de esta plantilla esté fuertemente influenciada por las experiencias familiares y el entorno cultural. Cuando el sujeto conoce a alguien semejante a la de su plantilla, siente la necesidad de indagar en su persona y estrechar lazos con ella.
II. La atracción o deseo
1. Testosterona
Es una hormona propiamente masculina, que promueve y completa las características sexuales de los hombres, como el crecimiento de los órganos sexuales, el vello corporal, la masa muscular, etc. Hace que aumente la libido o deseo sexual de los hombres. Las mujeres producen una cantidad mucho menor, pero afecta de forma importante en su humos, apetito sexual y sensación de bienestar.
2. Feniletilamina
También llamada “la molécula del amor”, se trata de un neurotransmisor causante de todas las alteraciones que se sufren cuando uno está enamorado. Cuando sus índices aumentan, produce ese estado de felicidad y euforia que manifiesta el enamorado, y que incluso puede causarle una cierta “ceguera”, haciendo que se niegue a ver los defectos de la persona de quien está enamorado. Una curiosidad es que al inyectar esta sustancia en los ratones, provoca que demuestren encanto, saltando, jugueteando y chillando. Esta sustancia se puede ingerir en los chocolates, de ahí el famoso dicho de que el chocolate es el sustituto del sexo. Sin embargo, de los 18 meses a los 3 años su influencia disminuye drásticamente, siendo la causa de que muchas relaciones se rompan durante este período de tiempo. Al parecer, hay un segundo proceso químico que determina el éxito de las relaciones a largo plazo. Dos hormonas ejercen aquí su influencia: la vasopresina y la ocitocina. Tanto hombres como mujeres liberan ocitocina (una hormona involucrada en la concepción) durante el orgasmo, lo que contribuye a estrechar los lazos en la pareja. Pero, además, algunas investigaciones indican que las mujeres producen altos niveles de ocitocina en las experiencias que les producen placer, e intentan conservar el vínculo que relacionan con ese bienestar.
3. Adrenalina y Noradrenalina
Están producidas por glándulas suprarrenales, que son estimuladas por el hipotálamo. Esto hace que el corazón lata más deprisa, a unas 130 pulsaciones por minuto. La presión arterial máxima sube, se liberan grasas y azúcares y se generan más glóbulos rojos a fin de mejorar el transporte de oxígeno por la corriente sanguínea.
III. Cortejo y amor romántico
1. Serotonina
La serotonina afecta al estado de ánimo, dependiendo de si las expectativas se ven o no colmadas. Está descrita como una sustancia sedante y antidepresiva, por lo que si sus niveles disminuyen entramos en una sensación de ansiedad, obsesión compulsiva, hiperactividad, agresividad… El alcohol es una sustancia que provoca su disminución.
2. Oxitocina y dopamina
El aumento de estas hormonas se relaciona con la adicción, en este caso a la persona amada. Produce inconstancia, exaltación, euforia y falta de sueño y apetito, también energía, atención elevada, ganas de ganar y excitación.
IV. Amor de pareja
1. Testosterona
Sufre una variación de niveles en los hombres y en las mujeres. Mientras que en los hombres aumenta, en las mujeres disminuye, provocando el aumento y la disminución de su apetito sexual, respectivamente.
2. Endorfinas
Aparecen las endorfinas, que se asemejan a la morfina y opiáceos, y están relacionadas con la seguridad y los mecanismos socioculturales como la buena convivencia, las costumbres, los intereses mutuos, la creación de intereses comunes y la empatía. Es la última fase de solidificación de la relación.
El estado de enamoramiento se ha definido, desde el punto de vista psíquico, como un estado confuso, cercano a lo patológico y no es exagerado, cuando nos enamoramos perdemos parte de la sensación de realidad, vivimos en una nube, los sentimientos y las sensaciones están a flor de piel, nuestro interés disminuye por lo que nos rodea y se centra en la persona que atrae y focaliza nuestra atención. Los circuitos neurológicos que normalmente están asociados al sentido crítico, están adormecidos cuando estamos enamorados. Por eso quizás mucha gente parece no darse cuenta de las faltas de sus parejas.
A parte de todas estas reacciones, existen unos síntomas físicos comunes a todas las personas enamoradas, que se producen en ellos en mayor o menor medida:
-Cuando lo extrañas a todas horas y cuentas los minutos que te faltan para verle.
-Cuando no puedes sacarlo de tu mente en ningún momento y cada segundo está en tu pensamiento.
-Cuando una mirada, una caricia, un abrazo, un beso, etc., te hacen bailar mariposas en el estómago.
-Cuando te late el corazón a mil por hora cada vez que le ves o estás cerca de él.
-Cuando su felicidad es la tuya.
-Cuando no existe nadie más por la calle.
-Cuando tus prioridades han cambiado y dejas a tus amigas o a tu familia por estar con él.
-Cuando cada cosa que ves, escuchas o hueles, te recuerda a él.
-Cuando cualquier excusa es buena para comprarle lo que le gusta.
-Cuando te sientes la persona más feliz de la tierra y sonríes y lloras sin ninguna razón aparente.
-Cuando el tiempo a su lado pasa volando y siempre quieres más, volviéndote adicta a su contacto.”
FUNCIÓN DEL AMOR
Este tema se puede tratar desde dos perspectivas: la científica y la social. Ambas tienen una validez importante en nuestro trabajo, ya que la primera trata el amor como una necesidad biológica que tiene el cerebro de todos los seres humanos; mientras que la segunda nos acerca el amor desde el plano que todos conocemos, es decir, el plano no científico que trata nuestro desarrollo como seres humanos. Dicho esto pasemos a desarrollar ambas perspectivas.
Desde el plano científico, especialistas de multitud de universidades han llegado a la conclusión de que la necesidad de amor de los seres humanos reside en nuestro cerebro y las neuronas que lo generan son las mismas que activan el uso de estupefacientes, el placer o el juego compulsivo. El sistema neuronal que procesa el enamoramiento está en el llamado "circuito de recompensa", también conocido como "del placer", este es muy similar al estado que proporcionan las drogas. Se piensa constantemente en la persona que nos provoca esa sensación de bienestar. El amor en nuestro cerebro también dispone de una estructura en la que juegan un papel importante el aprendizaje, la memoria, las impresiones visuales, olfativas, gustativas y corporales, así como funciones cognoscitivas, como juicio, abstracción, creatividad o lenguaje.
Por otro lado, desde el plano no científico es necesario decir que las personas desde que nacemos aprendemos amar y posteriormente enseñamos a hacerlo. El respeto hacia el prójimo es la fuente de cultivo del amor y esto se ve proyectado constantemente en la sociedad, en la familia o en la pareja como el objetivo básico para poder convivir en paz y armonía. Por supuesto, la capacidad de amar comienza aprendiendo a amarnos a nosotros mismos y después al prójimo.
Tener amor nos provoca seguridad en nosotros mismos, sentirnos queridos en un aspecto básico en nuestra vida para poder desarrollarnos en planas facultades como seres humanos. De hecho, normalmente los niños que crecen con mucho amor, crecen con más confianza en sí mismos que los que no lo han tenido, de tal forma que son más firmes para alcanzar los objetivos que se propongan.
ÁGAPE. AMOR INCONDICIONAL
Algunos filósofos griegos del tiempo de Platón emplearon el término para designar, por contraposición al amor personal, el amor universal, entendido como amor a la verdad o a la humanidad.
Los primeros cristianos lo emplearon para referirse al amor especial por Dios, al amor de Dios para con el hombre, e incluso a un amor “autosacrificante” que cada ser humano debía sentir hacia los demás. “De tal manera Amó Dios al mundo, que envió a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan, 3:16). También utilizaban el término ágape cuando se referían a una comida en común, que es el significado que se ha mantenido hasta la actualidad.
Se utiliza éste término para definir el amor incondicional, en el que el amante tan sólo piensa en el bien de su amado, no en el bien propio, se trata de entregar todo sin esperar nada a cambio.
En los primeros tiempos del cristianismo, ágape también significaba una comida en común, que es el significado que conserva en la actual: comida, banquete. En este sentido, también significa el amor que devora al amante, por ser éste capaz de entregar todo sin esperar recibir nada a cambio.
En la psicología ágape se refiere a uno de los arquetipos amatorios: El amante en quien predomina el arquetipo Ágape valora los intereses y emociones de los demás por encima de los suyos propios.
AMOR AL PRÓJIMO
El amor en términos de amistad es cercano al amor fraternal, es un sentimiento que nace de la necesidad de los seres humanos de socializar.
Pero más allá de los amigos, también el ser humano es capaz de amar a los que no son siquiera conocidos, es el amor al prójimo, éste nace del uso de la facultad de la mente de empatizar y tolerar, y constituye la abstracción de la amistad. Para Erich Fromm, dicho amor al prójimo equivale al amor fraternal y al amor predicado en la Biblia mediante la frase «amarás al prójimo como a ti mismo.
Este autor analiza el sentimiento del amor desde una perspectiva psicológica y dice que es una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no es algo que surge sin más y sin control. El amor es, así, decisión, elección y actitud.
“Si el amor al prójimo no duele, no es amor”. Santa Teresa
“Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad”. Gottfried Leibniz
El amor (del latín, amor, -ōris) es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres. Su diversidad de usos y significados, combinada con la complejidad del sentimiento implicado en cada caso, hace que el amor sea especialmente difícil de definir de un modo consistente.
Con todo, el amor interpersonal se considera sano o «verdadero» cuando es constructivo para la personalidad, para lo cual es indispensable tener una buena autoestima.
Con todo ello me remito a la pirámide de Maslow:
Ciclo de proceso:
Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando las necesidades más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en la cima de la pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior o mejor. En la última fase se encuentra con la «autorrealización» que no es más que un nivel de plena felicidad o armonía.
RECONOCIMIENTO / AUTOESTIMA
Como podemos apreciar, la autoestima se encuentra casi en el punto más alto de la pirámide.
Maslow describió dos tipos de necesidades de estima, una alta y otra baja.
• La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
• La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima y el complejo de inferioridad.
Si no estamos contentos y a gusto con nosotros mismos, difícilmente podremos estar a gusto con los demás, si no nos respetamos a nosotros mismos, no sabremos respetar a los demás, y si no nos queremos a nosotros mismos, no podremos querer a los demás, ya que bajaríamos a un nivel de insuficiencia ( el afecto a nosotros mismos ), y por tanto, al estar en un eslabón más bajo, habría que superarlo para seguir ascendiendo al siguiente.
AUTORREALIZACIÓN
Este último nivel es algo diferente y Maslow utilizó varios términos para denominarlo: «motivación de crecimiento», «necesidad de ser» y «autorrealización».
Son las necesidades más elevadas, se hallan en la cima de la jerarquía, y a través de su satisfacción, se encuentra un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados, al menos, hasta cierto punto.
Maslow consideró autorrealizados a un grupo de personajes históricos que estimaba cumplían dichos criterios: Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, entre otros.
Maslow dedujo de sus biografías, escritos y actividades, una serie de cualidades similares; estimaba que eran personas:
• centradas en la realidad, que sabían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino;
• centradas en los problemas, que enfrentan los problemas en virtud de sus soluciones;
• con una percepción diferente de los significados y los fines.
En sus relaciones con los demás, eran personas:
• con necesidad de privacidad, sintiéndose cómodos en esta situación;
• independientes de la cultura y el entorno dominante, basándose más en experiencias y juicios propios;
• resistentes a la enculturación, pues no eran susceptibles a la presión social; eran inconformistas;
• con sentido del humor no hostil, prefiriendo bromas de sí mismos o de la condición humana;
• buena aceptación de sí mismo y de los demás, tal como eran, no pretenciosos ni artificiales;
• frescura en la apreciación, creativos, inventivos y originales;
• con tendencia a vivir con más intensidad las experiencias que el resto de la humanidad.
Maslow también aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.
Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión, la invalidez emocional y la alienación.
En esta parte discrepo de la opinión de Maslow porque me parece mucho más acertada otra definición de lo que es para mí una persona autorrealizada.
Se podría decir que la autorrealización es el deseo de aprenderlo todo y de vivir las máximas experiencias posibles, buenas y malas, porque se aprende de las dos. Es como ser una persona inconformista en cuanto a vivir y aprender más, pero a la vez, estas dos necesidades no provocan jamás un sentimiento de insatisfacción como el resto de necesidades de la pirámide.
Por tanto, la persona autorrealizada es aquella que se siente feliz consigo misma, es espontánea y consigue ver más allá que el resto, es inquieta culturalmente y sabe contagiar su vitalidad y alegría a los demás, aún en circunstancias duras.
Volviendo a las teorías de Maslow, dice que sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento de las personas, pero la necesidad satisfecha no genera comportamiento alguno. Las necesidades fisiológicas nacen con la persona, el resto de las necesidades surgen con el transcurso del tiempo.
A medida que la persona logra controlar sus necesidades básicas aparecen gradualmente necesidades de orden superior; no todos los individuos sienten necesidades de autorrealización, debido a que es una conquista individual.
Las necesidades más elevadas no surgen en la medida en que las más bajas van siendo satisfechas. Pueden ser concomitantes pero las básicas predominarán sobre las superiores.
Las necesidades básicas requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, en contraposición, las necesidades superiores requieren de un ciclo más largo.
Rousseau también decía que la naturaleza del hombre tiene tres aspectos innatos:
• El amor propio y el amor al prójimo: La conciencia es la responsable de dirigir los impulsos y sentimientos del amor propio (egoísmo) y del amor al prójimo (altruismo).
• La razón: La razón ilumina los impulsos naturales y hace posible, gracias al conocimiento, lo que debe querer y hacer el hombre, vale decir, la libertad y ésta constituye el carácter específicamente de la humanidad.
• La libertad: No es más que una consecuencia de la naturaleza del hombre, tiene a su vez un alto designo: proveer a la felicidad del hombre natural. El hombre feliz no es quien sólo satisface los apetitos momentáneos y pasajeros, pues estos traen consigo el dolor. La verdadera felicidad esta en la satisfacción de elevados goces y espontánea realización de la virtud.
En suma: la esencia e ideal de la educación conforme a la naturaleza en el desarrollo armonioso del amor a si mismo y del amor al prójimo, la vida y la libertad iluminada con la razón, que, al propio tiempo, provea al hombre de una verdadera felicidad.
El que logra elevarse realiza la verdadera idea de humanidad, por lo que la pedagogía tiene ante sí la tarea de instaurar en el niño este supremo propósito.(Rousseau y la educación natural).
De todo ello, se extrae que el amor al prójimo tiene que ver con las personas solidarias que dan todo cuanto poseen por los demás en los casos más extremos (misioneros), y las personas que realizan su vida con normalidad pero que aportan una gran ayuda a otras que lo necesitan, tanto a nivel fisiológico como en un plano psíquico o incluso espiritual.
Hay multitud de ONG que se dedican a la cooperación y desarrollo de las personas, e incluso se realizan congresos que incentivan a las personas a ser eso mismo, personas, a dejar de lado la individualización y el egoísmo, propio de personas que aún se encuentran en un eslabón de la pirámide en el que necesitan autorealizarse, aún tienen necesidades más primarias y egoístas respecto a los demás, porque están en proceso de construcción de sí mismos, en proceso de crear o reforzar su autoestima.
Eduardo Punset, escritor, político, economista y divulgador, ha escrito varios libros sobre la felicidad y el amor, el autor asegura en una entrevista realizada por Mayte Saavedra, directora del Portal de Inteligencia Emocional que toda persona para ser feliz ha de sobreponer las relaciones personales que están modeladas por el amor y el desamor, por encima de cualquier otra, incluidas los niveles de renta, educación o pertenencia a un grupo.