Situación laboral de las mujeres

“El techo de cristal”, es una alusión metafórica a las posibles barreras transparentes que impiden a muchas mujeres con capacidad personal y profesional alcanzar posiciones en los entornos directivos y promocionarse dentro de ellos.

Las explicaciones sobre el techo de cristal son múltiples y variadas, pero tomaremos dos como vía de referencia: las mantenidas por Burn (1996, p.73) y la de Morrison y Von Glinow (1990).





Burn resume las razones para explicar la existencia del techo de cristal en siete puntos, a saber:

1. La creencia extendida de que la mujer ofrece menos capital humano a la organización (recursos individuales que ofrecen a la organización).
2. Creencia de que la mujer no dirige tan bien como los hombres (asumiendo que los hombres y las mujeres utilizan estilos de liderazgo, es más efectivo el usado por el hombre).
3. Existencia de estereotipos que hacen percibir a las mujeres como menos capacitadas para las posiciones directivas.
4. Las normas existentes en algunas organizaciones pueden favorecer la contratación y ascenso de los hombres.
5. En determinadas organizaciones las mujeres no pueden acceder a las experiencias necesarias para poder avanzar en la organización (las mujeres están en ocasiones estructuralmente en desventaja).
6. Las responsabilidades que las mujeres asumen en la casa y en la familia pueden impedirles la movilización en la organización.
7. La percepción por parte de los hombres, pero también de las propias mujeres, de que su compromiso primario está en la casa y en la familia.


Morrison y Von Glinow proponen tres teorías para explicar el acceso diferencial de las mujeres a los puestos directivos:

1. La teoría del capital humano (la mujer ha invertido menos en su formación y capacitación profesional). Teoría fácilmente rebatible con cifras en la mano: cada vez hay mayor presencia de las mujeres en la universidad desde el curso 1986-1987, y tienen mejores expedientes académicos y brillantez en los estudios.
2. Los grupos de presión (clientes, directivos...), a los que aún les afectan los estereotipos sexuales, y que pretenden mantener el status quo hacen muy difícil la igualdad entre hombres y mujeres.
3. Los grupos existentes en una organización reflejan la estructura y el reparto de tareas a nivel social, y es posible que las decisiones que atañen a las mujeres en el ámbito laboral reflejen los prejuicios de la sociedad.


Heilman (1995) concluye que el número de mujeres en puestos directivos viene influenciado por las percepciones de los hombres que tradicionalmente han dominado los puestos más altos en las empresas.

Más estudios:

Stephens y Greer (1995) encontraron que las mujeres necesitan más tiempo para ganarse el respeto en sus puestos de trabajo.


Otras investigaciones han tratado de explicar esta situación de desequilibrio:

Pablos y Tarifa (2003) analizan las causas que dificultan la conciliación de la vida laboral y familiar entre las mujeres periodistas. Los resultados muestran la escasa preocupación empresarial por el tema y destacan la percepción negativa de las mujeres frente a la maternidad en relación a su carrera profesional.


Esther Gómez Solaz

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