La red de redes ofrece una serie de ventajas desde que fue lanzada al gran público a mediados de los años noventa.
Estas ventajas son:
Frente a la unidireccionalidad característica de la prensa escrita y la radio-televisión, la Red genera un modelo bilateral. Los flujos de información son de ida y vuelta, no únicamente de ida.
Interactividad; unido a lo anterior, los usuarios son generadores de contenido, no sólo meros receptores.
Actualización, rapidez; Sin Internet, la información es periódica, se dan las noticias con un tiempo de letargo, no pueden darse en el mismo instante en que suceden. Los medios tradicionales utilizan la Red de forma complementaria, a la vez que surgen servicios específicos de información online. En la Red es más sencillo y barato actualizar constantemente la información.
La superabundancia; Los medios digitales pueden transmitir una mayor cantidad de información en menor tiempo y a escala universal. No hay límites a la cantidad de medios que pueden existir en la Red, tampoco los hay al volumen de información que cada uno de ellos puede ofrecer al usuario y, además, el costo de publicar la información en Internet es prácticamente equivalente para todos.
De la intermediación a la desintermediación; La Red ha puesto en cuestión una de las funciones básicas de los medios tradicionales: la mediación profesional en los procesos de acceso a las fuentes por parte del público. Las funciones tradicionales como la búsqueda de información, el filtrado de la misma, su contraste, su edición y publicación, han dejado de ser patrimonio exclusivo de la profesión periodística. Hoy, la Red permite el acceso directo del público a las fuentes de información sin la mediación de los comunicadores profesionales, así como el acceso a un sistema mundial de publicación que funciona, todavía en cierta medida, al margen de los editores de los medios tradicionales.
Internet es un medio muy selectivo, sobre todo en términos educativos y económicos.
Adquirir información valiosa y plural a través de la Red requiere un esfuerzo, así como un cierto grado de interés y de formación, debido a las propias características de la información online.
El hipertexto exige nuevas destrezas comunicativas y un mayor esfuerzo de lectura. La desarticulación del texto, su fragmentación y la posibilidad de enlazarlo con cualquier otro texto disponible en la Red, desvanece el paradigma lineal, y con él desaparece también la unidad, la autonomía, la estructura y a veces hasta la coherencia y el sentido propios de los textos escritos y audiovisuales. De ahí el carácter activo de Internet frente a otros medios de uso más sencillo como la TV.
El hecho de que con Internet pasemos de la abundancia a la superabundancia de información tiene un efecto parecido. En realidad, este cambio nos obliga a pasar de la información al conocimiento, lo que nos exige mayores destrezas comunicativas y una cantidad de tiempo de la que no siempre disponemos, lo que devuelve a los medios establecidos buena parte de su importancia estratégica: Más que antaño, necesitamos mediadores que busquen, filtren e interpreten la información.
Esta posición estratégica de los medios establecidos se ve reforzada por la nueva temporalidad mediática. El paradigma de la inmediatez hace saltar por los aires, en muchas ocasiones los mecanismos de control, verificación y contraste de fuentes.
Además, si cualquiera puede colgar lo que quiera en la Red, surge un problema de credibilidad.
Todo ello multiplica la necesidad de recursos por parte de los usuarios, lo cual, beneficia a los medios convencionales.
Además de que existen límites para contribuir a la autonomía de la opinión pública y a la participación política, las elites políticas establecidas, finalmente han descubierto la Red. Han tardado, de tan volcadas como estaban en la TV, pero han terminado comprobando que Internet les resulta útil en diversos aspectos que refuerzan en lugar de contrarrestar, los rasgos de la «democracia centrada en los medios».
Internet les sirve como instrumento para la desintermediación de la información, para la publicidad y para la recaudación de fondos.
Como Instrumento de desintermediación: Las técnicas de persuasión empleadas por las élites políticas pasan por un eficaz control de la agenda política, de los temas presentes en la esfera pública y de los atributos vinculados a ellos. Y, en este punto, los políticos tienen que vérselas con las prioridades de los medios.
Es por ello que valoran las posibilidades de desintermediación y una de las características de la información online es, precisamente, la desintermediación. Así pues, no es de extrañar que los políticos hayan descubierto finalmente, las posibilidades que ofrece el nuevo canal en este terreno.
A medida que Internet se expande, pueden dirigirse a la ciudadanía sin mediaciones profesionales y, a la vez, unificar el mensaje ante las variadas agendas de los medios. Y todo ello a un coste comparativamente bajo.
Como Herramienta publicitaria: Las élites políticas establecidas pueden encontrar en Internet posibilidades interesantes en el terreno más estrictamente publicitario, y también a un coste comparativamente bajo.
Recaudación de fondos: En Estados Unidos (el paraíso de la democracia centrada en los medios y del poder del dinero en la política) es ya frecuente el uso de Internet para la recaudación de fondos. De hecho, éste ha sido un ingrediente clave en la campaña de Obama para las presidenciales de 2008, en el que por cierto han participado nuestros propios políticos, manifestándolo públicamente.
Fuentes:
CASTELLS, M. (1996): «Ciudadanos, ¡al Internet!», El País, 17-02
CHERTA, E. (2003): «Internet y la comunicación política»
Esther Gómez Solaz
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